El mariscal Pétain by Jonathan Duhoux

autor:Jonathan Duhoux [Duhoux, Jonathan]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 2016-12-31T16:00:00+00:00

Foto de soldados en el infierno de los cañones, en Verdún.

Así, improvisa nuevas formas de comunicación, con globos y aviones, convencido de que el control aéreo tendrá un impacto clave en el conflicto. También pide un gran refuerzo de cañones: en febrero de 1916 solo hay 281 piezas de artillería, mientras que 3 meses después los franceses disponen de 1727 cañones. Se mejora la vía férrea y se refuerza la carretera que va al saliente. Para todos los combatientes, esta carretera se convierte en la Vía Sagrada, un cordón umbilical que recorre 135 kilómetros y que une Bar-le-Duc con Verdún. Por ella se envían víveres, municiones, medicinas y refuerzos. La mejora de la comunicación también permite llevar a cabo un sistema de turnos constante entre las tropas frescas y los hombres del frente. De esta manera, Pétain mejora la moral de los soldados y su aptitud para el combate. Sin lugar a dudas, se trata de su contribución más importante a las tácticas militares.

A pesar de las enormes pérdidas, Verdún resiste y este éxito le granjea la gloria a Pétain. Los periodistas, los senadores y los escritores se pelean por codearse con él. En general, no parece agradarle esta fama repentina. Pétain considera que no ha terminado su misión y que todavía es muy pronto para felicitarlo. Esta aparente frialdad hace correr ríos de tinta, ya que algunos autores la atribuyen a la (falsa) modestia, otros a la timidez y otros a la amargura. Cuando los periodistas intentan descifrar su personalidad a través de sus declaraciones y, sobre todo, a través de su famoso On les aura, «Venceremos», a Pétain le divierte, ya que él no es quien ha escrito estas palabras.

Si bien es cierto que el frente francés no flaquea, tampoco avanza. El generalísimo Joffre considera que Pétain mantiene una actitud demasiado defensiva y que otorga una importancia desmedida a Verdún. Entonces, el general Robert Georges Nivelle (1856-1924) toma el mando de las operaciones. Nivelle, mucho más ofensivo que su mayor, rompe el cerco en torno a Verdún entre septiembre y noviembre de 1916. Con este éxito, se gana la felicitación de políticos y oficiales, algo que lo propulsa al rango de comandante supremo de los Ejércitos del Norte y del Noreste, como sustituto de Joffre. Pero en el corazón de los soldados, Pétain es el auténtico vencedor de Verdún.

En ayuda del Ejército francés

A principios de 1917, Philippe Pétain es relegado a un segundo plano. No deja de repetir que no hay que desperdiciar la vida de los hombres con ataques inútiles, sino que hay que continuar con la guerra de desgaste. Nivelle no le presta atención y lanza la gran ofensiva del Camino de las Damas durante el mes de abril. El terreno es muy favorable para los alemanes y, a pesar del primer uso de los tanques franceses, el ataque se convierte en una catástrofe. Los Aliados sufren pérdidas considerables, lo que genera motines. Entonces, se llama a Pétain para sustituir a Nivelle con el objetivo de que vuelva a instaurar la disciplina en las filas.

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